La idea últimamente es que hay que abandonar las grandes «redes sociales«.
Craso ERROR.
Ése es justamente el objetivo de los que quieren censurar las ideas inapropiadas para el poder.
Mira que no me gustan mucho esos lugares propiedades de amos colectivistas que se creen con derecho a programar a la masa, pero hay que resistir.
Porque la idea de esos señores de las redes es relegarnos a la inoperancia.
Ejemplo: ahora mismo tengo 3.017 seguidores en Twitter pero 105 en Minds. 20 Subcriptores en DTube pero 41.421 en YouTube.
La diferencia es abismal.
Sí, nos censuran y nos hacen shadowbanning, pero aún así, se llega a mucha más audiencia que en los lugares alternativos.
Esas ideas inapropiadas tienen que estar al alcance de cuantos más individuos, mejor.
Así que, mientras no ocurra que los lugares alternativos alcancen la misma popularidad, hay que mantenerse firme en territorio comanche, mientras se cultivan los nuevos lugares.
Sí, esa popularidad es imprescindible.
Porque difundir ideas al mayor número de individuos posibles para que entiendan que hay otras formas de pensamiento es lo importante, no crearnos una burbuja a gusto.
Incluso es posible que a partir de ahora comience a compartir mis vídeos en mi cuenta de Facebook, el lugar que más aborrezco de todos, pero es que hay que contratacar.
Ya no podemos irnos con chiquitas.
Hay que mantenerse en pie mientras podamos, hasta el último aliento.
No podemos rendirnos sin luchar, somos el último bastión de la resistencia humana.
Y hablo en plural, refiriéndome a nuestra alianza tácita como individuos independientes.