¿Cómo se acaba con un blog?

Un blog no da pena ni gloria cuando…

– … no tiene ninguna regularidad en sus publicaciones, que sus lectores ni se acuerdan de él.

– … no tiene ninguna consistencia en los temas que trata, porque los lectores no quieren sorpresas sino saber de antemano lo que van a leer.

– … sus títulos no son como «7 errores comunes que pueden acabar con tu blog» sino «¿Cómo se acaba con un blog?», porque son los títulos de ese tipo los que atraen lecturas.

– … el autor del blog está aburrido de escribir, porque no tiene básicamente ningún incentivo para hacerlo.

– … las mal llamadas ‘redes sociales’ han matado los blogs y la gente prefiere escribir y leer hilos en Twitter.

– … dicho blog ha nadado durante años en el océano de la irrelevancia, pues los temas que a su autor le parecen interesantes no interesan realmente a nadie más.

– … se comienza un año con un escrito como éste, publicado 23 días después de que el año haya comenzado.

Pues sí, así se acaba con un blog; aunque éste blog va a seguir adelante, mientras a su autor se le ocurra alguna cosa que escribir de vez en cuando.

Cambio de subtítulo: «Las tribulaciones de un individuo libre»

Actualización para destacar que cambio el subtítulo de este blog a «Las tribulaciones de un individuo libre«.

El anterior, «Personalmente personalísimo, incómodo para las mentes blandas» ya ha hecho su función de altanería, y creo que tengo que dejarlo atrás.

Iba a cambiarlo por «El blog de un individuo libre«, pero repetiría ‘blog’ con el título, así que lo he descartado. Podía haber puesto ‘las cosas, los asuntos, las aventuras’, pero al final me he decantado por ‘las tribulaciones’.

Lo de ‘individuo libre’ creo que es una definición adecuada para mi camino por este mundo.

Por supuesto, es un cambio de sentido porque mi ‘yo’ de hoy no tiene nada que ver con mi ‘yo’ de cuando realicé el cambio anterior. Y por eso este blog tiene que reflejarlo.

Nada más, de momento.

Y también me desapego de facebook e instagram

Poco tiempo después de la publicación de este escrito, desvincularé la compartición automática de este blog con facebook, y también eliminaré los botones de compartición manual y los enlaces a mis cuentas de facebook e instagram.

No, no borraré mis cuentas de facebook e instagram, como tampoco lo hice de twitter, pero dejaré de usarlas. Todo el contenido quedará en línea hasta que las empresas lo estimen conveniente.

Si has accedido a este escrito desde la página de facebook de Crónicas Subterráneas, puedes seguir este blog a partir de ahora siguiendo uno de los pasos clásicos:

  1. Puedes subscribirte para recibir las actualizaciones por correo.
  2. Si tienes cuenta de wordpress, puedes seguir este blog.
  3. Puedes añadir el RSS de este blog a tu agregador de RSS favorito.
  4. Puedes marcar esta web en tus favoritos de tu navegador y visitarlo de vez en cuando para ver si hay actualizaciones.
  5. También puedes seguirme en gab y minds, mis enlaces están en el pie de este blog, de momento.
  6. Y, finalmente, seguirme en mi canal de telegram.

Sí, ya sé, esto es como volver a 2005, pero llega un momento en el que se alcanza un límite, e internet no es propiedad de las empresas de las ‘redes sociales’.

Este blog es un lugar que me cuesta dinero – pago por el alojamiento y el dominio -, y esfuerzo; y ya es hora de que las cosas vuelvan a su lugar original. Así que, éste es el momento en el que me planto en bastos.

Por supuesto, esto hará que pierda más ‘visibilidad’, pero bueno, no es que ha tenido mucha en todos estos años, este blog sigue pareciendo todavía como si estuviera ‘por descubrir’ – otro día explico por qué.

Así que, sigo aquí, mientras me dejen – oh, estas frases lapidarias.

Escrito de madrugada

Duermo en plazos de tres o cuatro horas. Ahora son las 2:07 y estoy despierto desde la 1:34.

He estado leyendo algunas de mis listas ocultas de twitter, que las tengo clasificadas por temas. Ayer decidí no escribir más en esa red del pájaro azul y he desconectado este blog de su compartición automática con ella.

Sí, hay quien dice que hay que dormir lejos del móvil, pero para mí es importante tenerlo cerca para plasmar y guardar mis ideas cuando se me ocurren. No es más que una herramienta. Ahora le queda un 22% de batería.

Bueno, es cierto que podría tener un bloc de notas cerca, pero me ha vencido la facilidad tecnológica.

El caso es que quiero que este blog vuelva a ser el centro de mi compartición de ocurrencias hacia el exterior, como ya lo fue en distintas épocas de mi pasado. No sé si lo conseguiré por mi inconsistencia. Me guío por mi intuición y esto es lo que me dice que tengo que hacer.

Son las 2:16 y voy a escribir los metadatos y a darle al botón de publicar y a volver a dormir un rato más. 20% de batería.

Es 2021, y ahora ¿qué?

Sí, lo digo en serio, pero no puedo responder porque entonces ya no sería mi último tuit.

ReHola Mundo

«Hola Mundo» es lo que primero se escribe cuando se inicia un nuevo blog o un nuevo perfil en una red social. Este «ReHola Mundo» tiene sentido en este momento por este reinicio tras una larga pausa de este lugar.

Desde el 4 de abril de 2020 al 21 de junio de 2020 me he dedicado a realizar un directo diario en mi decadente canal de Youtube. Y, por ello, me enfoqué en el contenido en esos vídeos, dejando de lado casi todo lo demás. Mi gran logro con ello ha sido perder 800 subscriptores del canal en estos tres meses. Pero qué genio que soy.

Para mí, seguir igual en Youtube, ahora mismo, es como seguir dándome golpes contra la misma pared. Carece de sentido. Pero, seguramente, en mi contrasentido, seguiré golpeándome contra ese muro virtual hasta que caiga. Porque Youtube ganará y yo perderé, de eso no hay duda.

Bueno, como se puede ver también, he sobrevivido al ataque del virus chino. Y este blog tiene pagado un nuevo año por delante gracias a sus financiadores. Así que, mi objetivo a partir de aquí es seguir llenándolo de contenido.

No sé que va a pasar, pero tengo claro que mis circunstancias están cambiando y no puedo repetir lo que ya he hecho. Seguro que se va a notar un giro de perspectiva. Veremos lo que se me ocurre.

De momento, este espacio sigue vivo y no necesita ninguna vacuna. El pasado queda atrás y no va a volver; el presente es lo único que importa porque nunca se sabe si va a haber un mañana. Carpe diem, como decían los romanos.

Reiniciándome, o como decían algo así en El Gatopardo: «Que todo cambie para que nada cambie.«