Hubo un tiempo, -en realidad, el resto del tiempo pasado de la Humanidad excepto el presente,- en el que…
Te podías reír de los gordos y de los flacos.
Te podías reír de los altos y de los bajos.
Te podías reír de los hombres, de las mujeres y de los niños.
Te podías reír de los enfermos y de los sanos.
Te podías reír de los rubios y de los morenos.
Te podías reír de los individuos de cualquier nacionalidad y pueblo.
Te podías reír de los vivos y de los muertos.
Te podías reír del cura y del gobernante.
Te podías reír de los de izquierda y de los de derecha.
Te podías reír del científico y del literato.
Te podías reír de cualquier cosa que te diera risa.
Porque se llamaba humor y no pasaba na de na.
Bueno, sí. Pasaba que te destornillabas de risa y te alejabas por un rato de las penas.
Oh, qué tiempos aquéllos y qué lejanos que parecen.
La Ramona es pechugona… 😂