A Karatbars no le pasa nada, sigue siendo el mejor lugar del mundo para conseguir pequeños lingotes de oro puro físico a un precio que puede resultar gratis, si se aplica correctamente su sistema de negocio.
Como se ve en la imagen, conseguí atraer a 425 afiliados y clientes a mi red directa personal desde febrero de 2014. Y eso es algo que no puede decir ni hacer cualquiera.
Y ahí está el problema.
¿Cómo es que teniendo una red directa tan amplia, sólo el 1% se está aprovechando de las ventajas de Karatbars en este momento?
Pues por mi gran error: Hacer las cosas bien e innovar eficazmente.
Sí, aunque parezca sorprendente, eso es lo que pasó.
Porque ha habido gente en mi red, arriba y abajo, que me estuvieron difamando a causa de su envidia, a causa de no poder alcanzar mis excelentes resultados ni de lejos.
Como para esa gente les era incomprensible mi método de trabajo, comenzaron a divulgar que «mi método no era duplicable».
Y eso es una puñetera mentira. Vaya, incluso la propia Karatbars me copió parte de mi método, ¡por favor!
Y lograron hacer que muchos en mi red ni empezaran a ponerse en marcha. Es que ni ahorraron ni un gramo de oro, cosa de la que ahora se van a arrepentir.
Ahí tengo un mea culpa, porque se me ocurrió crear un par de grupos en Telegram donde mis afiliados, mis clientes y yo podíamos hablar sobre el oro y la economía. Y permití que accediera gente que comenzó a actuar a mis espaldas.
Aprendizaje: Nunca crees un foro donde clientes, afiliados y uplines puedan conocerse. Aparecerán aprovechados que te hundirán el negocio por culpa de sus egos.
Y vaya que lo he aprendido.
Lo mejor de un negocio como el de Karatbars es que cualquier día es bueno para recomenzar. Y eso es lo que estoy haciendo.
Voy a seguir con mi método, porque funciona perfectamente, y lo estoy mejorando con lo que he aprendido este tiempo.
Y los envidiosos e inútiles, que sigan mirando desde la barrera porque los he expulsado de mi compañía. En realidad, se han expulsado ellos mismos, porque son así de patéticos. Digamos que, con su actitud, mataron la gallina de los huevos de oro.
Sin duda, cada cual recibe lo que se merece.