Alcanzar los 44.000 subscriptores sólo ha servido para que las visualizaciones bajaran todavía más.
Y con las visualizaciones, mis ingresos.
¡Bienvenidos a la caída final de mi canal!
Da igual que haga vídeos de gatitos o del tema más buscado del mundo en este momento. Da igual. Lo he comprobado.
Por mi parte voy a continuar publicando como siempre, pero se acerca el punto de no retorno, si no lo remedia alguna sorpresa de última hora.
Al menos, fracasar es para mí un éxito porque significa que no me quedé quieto, que salí ahí fuera y moví mi culo.
Que lo esculpan en mi epitafio, si es que tengo alguno. Bueno, también pueden poner «Disculpen que no me levante«, como en el de Groucho Marx.