La idea es que me plantee para qué y por qué me esfuerzo y me expongo. Está claro que no gusto al algoritmo de YouTube. Cada vez que dejo pasar un par de días sin publicar un nuevo vídeo, las visualizaciones caen en picado. Y cuando sí lo publico, las estadísticas son de pena respecto al potencial de mi canal. Sí, YouTube, me doy por aludido y está claro que no se me quiere en vuestra plataforma.
De más viejo a más nuevo…
2.384: 5,73%.
2.524: 6,07%.
2.691: 6,47%.
2.209: 5,31%.
3.129: 7,53%.
1.542: 3,41%.
Desmonto el mito de la lucha obrera y ¿sólo lo ve el 3,41% de mi audiencia potencial en dos días? Mmm… 🤔
Luego, está el hecho de que de los que eligen dar a «me gusta» o «no me gusta«, al 94,9% de ellos sí les gusta. Y es más, la inmensa mayoría de los comentarios son siempre positivos. Por lo tanto, el hecho es que hago vídeos interesantes que tocan temas interesantes que llegan a quienes los ven. Eso es un hecho, me repito, y no estaría aquí, en este momento, si no fuera así.
Así que, ciertas pseudo-críticas que he leído últimamente de gente que dice haberme calado y me exponen, sólo son ataques de inútiles envidiosos que quieren desanimarme, pero que no tienen nada que ver con la realidad de los hechos. Que les zurzan.
Sin embargo, la deducción es que YouTube sí quiere que reconozca que no vale la pena mi esfuerzo, y que tampoco compensa el peligro al que me expongo por tratar ciertos temas. Quién sabe, ¿lleva razón YouTube? ¿Se saldrán con la suya? Sólo puedo seguir resistiendo, pero ¿hasta cuándo? Ni idea.