
Sigo insistiendo en que la mejor forma de derrocar una pirámide es actuar como red.
Unidos perdemos, divididos venceremos.
Si cae uno, dos ocuparán su lugar.
La red asíncrona es imparable porque es imprevisible.
En una red sin líderes, a los infiltrados les es imposible tomar el control.
Cada nodo es independiente y con sus propios objetivos.
Obedecer a un líder lleva a actuar sólo con un objetivo que marca dicho líder.
Pero mil ojos ven más que un ojo.
Una red puede alcanzar más objetivos en menos tiempo que la manera tradicional de seguir a un único líder.
Una red rompe los esquemas de las mentes cuadradas.
Se puede explicar del derecho o del revés.
Como ejemplo, en la República de Catalunya, los CDRs, actuando localmente y con objetivos propios, actuando cada uno independientemente, son imparables.
Un hecho es que la gente de Cataluña siempre ha ido un paso por delante que la del resto de España.
Y esta vez no es diferente.
Está ocurriendo ahora mismo.
Da igual lo que diga la propaganda de los medios españolizantes.