Una vez acabada la Segunda Guerra Mundial, los civiles de etnia germánica cayeron víctimas de asesinatos en masa, violaciones en masa, tortura y trabajos forzados por toda Europa.
Los vencedores de las guerras son siempre los que más asesinan.
Ahí están los fundamentos de la sociedad actual, basados en muerte y sangre.
Las élites causaron una enorme mortandad, para así obtener millones de huérfanos en estado de shock y programarlos como esclavos obedientes de su Nuevo Orden Mundial.
Esos fueron nuestros abuelos y padres.
Y el resultado es esta sociedad.
El blog personal de José Manuel Goig 
Puedo dar testimonio de que es cierta la repetida afirmación de José Manuel de que los vencedores de las guerras, sobre todo las del siglo 20 y 21, anglosajones británico-estadounidenses y en menor mediada los franco-rusos, crean las condiciones mentales debilitantes adecuadas para aceptar una sumisión incondicional al vencedor y al poderoso, por «shock o estrés postraumático» que se origina tras haber sufrido u observado un acontecimiento altamente traumático en el que está en juego la vida y futuro de las personas. En España lo causó la guerra civil de 1936-1939, y la postguerra represiva y dictatorial hasta la muerte de Franco en 1975, que se pudo prolongar gracias al apoyo de los EE.UU. tras el abrazo entre el Presidente Eisenhower y Franco en la Base de Torrejón el año 1959. Conozco el shock de los perdedores porqué mi padre combatió en la guerra civil y contó sus experiencias, y yo nací el año del fin del aislamiento internacional del régimen fascista de Franco al integrarse en la O.N.U. en 1955. Mis padres eran pobres, y aún siendo yo su único hijo vivimos décadas en un nivel de pobreza que hoy parece imposible que eso haya pasado en España. Hoy todavía sufro de las consecuencias emocionales acomplejantes de la pobreza vivida en la niñez y adolescencia, a pesar de haber salido completamente de esas condiciones económicas en 1984, a los 29 años de edad. En 1982 vote al PSOE de Felípe González en Valencia, creyendo que se lograría una libertad individual que España buscaba desde el siglo 19, pero no, Felipe era un traidor al servicio de los anglosajones y de la Unión Europea con Alemania resucitada tras su masacre dirigida por los Nazis, que llegaron al poder gracias al apoyo de los políticos anglosajones y de la Banca occidental. Hoy Rusia y China se han recuperado, alzándose de sus respectivas masacres, cómo potencias económicas y militares que desafían al imperio estadounidense y a sus aliados en la Unión Europea, aunque sus objetivos son los mismos de sus opositores, y otra vez los individuos estamos amenazados de ver aplastada nuestra libertad individual por la tenaza del miedo apretada por los ricos y sus servidores sonámbulos, los políticos corruptos y los militares obedientes. La consolidación del Nuevo Orden Mundial sigue en una total incertidumbre existencial, lo cual es óptimo para que el individuo deje de serlo, al ser dividida su conciencia por la duda y el miedo en dos conciencias opuestas, que le crearan pensamientos confusos haciéndolo sumiso porqué ambas opciones son falsas o mentira, evitando así la unificación de la consciencia individual que permite que no haya nada imposible de lograr, para vivir feliz y sin sufrimientos.