LOS ECONOMISTAS NO TIENEN PUÑETERA IDEA DE ECONOMÍA

¿Recordamos que la primera escuela de economía fue financiada por los Rockefeller en Chicago?

Hoy he visto un tuit de un afamado economista catalán que decía que las rentas no eran suficientemente altas para generar ahorro.

Eso es una estupidez.

Supongo que por eso es un afamado economista, porque no tiene puñetera idea de economía.

Por eso le hacen entrevistas en la tele, supongo.

Los economistas nunca se atreven con la economía real, porque el ahorro no depende de la renta.

Por ejemplo, muchos que ganan 1.000.000 al año se gastan 1.100.000 y no ahorran absolutamente nada.

Pero otros que ingresan 12.000 al año pueden ahorrar 1.200 y usarlo para sacarle partido.

¿Cómo? 

Pues apartando un 10% mínimo de sus ingresos antes de gastar nada.

Es lo que explican los libros de economía aplicada escritos por gente que ha conseguido prosperar, incluso en tiempos difíciles.

Experiencia y no teoría.

Emprendedores y no economistas.

Y es gracias a esta mentalidad de ajuste y no gastar en cosas superfluas, de sacrificios puntuales, que he salido adelante en las épocas difíciles.

Mis ingresos nunca son estables y, a veces, pueden caer en picado como en el adpocalipse de YouTube de principios de este año.

Sin embargo, mis hijos siempre han tenido sus tres platos diarios de comida, como mínimo.

Y he pagado facturas, aunque, eso sí, en efectivo y con retraso porque siempre me espero al último aviso.

Porque siempre he reservado un 10% mínimo, muchas veces más, de cada ingreso, sea grande o pequeño.

Unas reservas que, como la hormiga del cuento, me han permitido seguir adelante, e incluso me han permitido invertir en mis propios negocios y traspasarlas a oro para este futuro incierto que se acerca.

¿Y por qué explico esto?

Porque empecé de cero, mejor dicho, de negativo con un montón de deudas, y si hubiera tenido esa mentalidad de los economistas nunca podría haber salido adelante.

Con una mentalidad bien adaptada a este estúpido sistema nunca se puede seguir adelante.

Ésa es la idea, y para eso sirven los economistas oficiales: para atrapar a la gente en la carrera de la rata.

Otro tipo de vida es posible, y no lo digo por decir, porque yo la estoy viviendo.