
Por las Españas van por ahí energúmenos diciendo que en las escuelas catalanas no se enseña castellano.
Como se puede comprobar con la imagen del libro de Lengua Castellana de mi hijo, es una puñetera mentira del nacional-españolismo más rancio.
Me da pena que haya gente inteligente que se trague estas mentiras, a cada cual más gorda, pero está sucediendo.
En España, atacar todo lo catalán lo han convertido en un deporte estatal.
Con ello, han logrado en las últimas décadas que mucha gente nacida en tierras de España, pero que viven en Cataluña, se hartaran y votaran que SÍ a la República de Catalunya en el referéndum del pasado 1 de octubre.
Gente con el castellano como lengua materna.
Gente muy harta de que cada vez que visitaban a sus familiares en sus pueblos tuvieran que aguantar burlas, mentiras e insultos por vivir en Cataluña.
Y esas mentiras, los agentes españolistas las han estado aumentando de proporción en los últimos días.
Como ésta tan increíble de que no se enseña castellano en las escuelas de Cataluña.
O esa otra mentira de que se adoctrina a odiar todo lo español.
¡Menudas patrañas!
Es su estrategia de propaganda que, por supuesto, les funciona en las mentes ya programadas durante años a odiar todo lo catalán.
Y, por supuesto, mostrar la verdad de la realidad de la convivencia en Cataluña no funciona para borrar esas mentiras.
Esas mentes están ya blindadas a la verdad.
Lo estoy notando estos días con el aumento desproporcionado los «no me gusta» en los vídeos en los que describo la situación de lo que está pasando en este territorio en el que vivo.
Es como decía Hitler, algo así como «cuanto más grandes e inverosímiles sean las mentiras, mejor calarán en la mente de la gente«.
Por cierto, ayer por la noche, por fin – porque llevaba días enviando varios – apareció uno de mis tuits en las pantallas de TV3, la televisión pública catalana…

Un debate en el que varios tertulianos defendían ideas unionistas sin problemas.