Hubo una vez que pensé que los pobres querían dejar de ser pobres, pero me equivoqué: los pobres se forjan ellos mismos sus cadenas.
No hay peor desperdicio para la Humanidad que una mente empobrecida.
Los colectivistas lo saben, y lo fomentan mediante la educación.
Si a un pobre le dices que con su propio esfuerzo de 3 a 5 años puede salir de la pobreza, responde que prefiere trabajar por una pensión.
Eso sí, si a un pobre le mientes y le prometes que «todo es gratis» y que «tiene derecho a todo«, te amará eternamente.
No tiene solución.
Un pobre obedece al gobierno de turno y tiene miedo de sus represalias.
Está convencido de que necesita una autoridad para que le guíe.
Cuando abrí mi blog oroparatodos.org pensé que otros querrían salir de su agujero económico.
Yo lo conseguí.
A mi alrededor, nadie más.
Por lo tanto, mi conclusión es que el oro no es para todos, el oro es para unas pocas personas inteligentes.
El resto se niega a liberarse.
Es futil esforzarse en cambiarlo.
Es una pérdida de tiempo.
Y el tiempo es lo más preciado.
Mi tiempo ya no es el que era.
Ahora, mi objetivo es llegar a formar parte del 1%, y que mis hijos sean del 0,1%.
El resto, se merecen su miseria mental.
Al principio, nunca pensé que llegaría a estas conclusiones.
Me equivoqué en mi hipótesis inicial.
Pero los hechos son los que son, y acepto esta dura y auténtica realidad.
Así es la vida.