
Ya casi está.
Olga ya me contradice cada vez que digo algo que no le gusta.
Eso significa, sin duda alguna, que ya se ha recuperado.
Ahora estamos esperando a que mañana los médicos decidan si la sueltan o no.
Como me imaginaba, el diagnóstico de esta tercera vez es distinto a las dos veces anteriores.
Mismos síntomas, tres diagnósticos diferentes.
Claro, los médicos saben más porque tienen su título que les ha costado años de scrificios.
Ejem, ejem…