Es a causa de la calor

No es cosa de ahora.

Me ocurre cada vez que la temperatura supera los treinta.

Mi mente se pone en pausa automáticamente.

Dejo de tener ganas de nada.

Pero parece que con la edad se me amplía el dejar de tener ganas de nada.

Tampoco mi cuerpo funciona como era joven.

Ya soy un cuarentón.

Me queda menos tiempo del que ya viví, estadísticamente.

Aunque es un aspecto de mi cuerpo hipotérmico.

Mi cuerpo no está diseñado para el verano.

Así de sencillo.

Quizás, cuando reúna el dinero suficiente iré saltando de lugar en lugar que no supere los veinticinco grados.

La primavera y el otoño son mis temporadas ideales.

Es una cuestión física.

No soy yo, es a causa de la calor.

Pero es una excusa como otra cualquiera, claro.

Es mi excusa de temporada.

Si sigo atrapado en este lugar, a partir de septiembre deberé arreglar los estropicios que estoy haciendo ahora a causa de la calor.

Paciencia.