¿Por qué los pobres son los más envidiosos y egoístas y se merecen lo que les pasa?

En la película «En busca de la felicidad«, el personaje que representa el actor Will Smith ve un coche de lujo que aparca y le pregunta a su propietario cómo lo ha conseguido. La  respuesta del conductor es que trabaja como bróker en el edificio de enfrente. Entonces, el protagonista se propone hacer lo que haga falta hasta conseguirlo. Y lo consigue.

Podría haber tenido la reacción de la mayoría de gente pobre: pura envidia y haber maldecido al conductor por su «buena suerte». Y haberse marchado maldiciendo su «mala suerte«. Pero convirtió su envidia en un incentivo, en deseo, y por eso sí salió de su mala situación económica.

Este pasado verano hice un experimento. Como conseguí una buena comisión en Karatbars, cumplí una promesa a mi familia: nos fuimos dos días con una noche de hotel a Port Aventura, y, además, con pases VIP ilimitados en todas las atracciones. Así, mientras el resto de la gente hacía una hora y media de cola para subir a una atracción, nosotros no tárdabamos más de diez minutos, incluso mucho menos, en subirnos y disfrutarla. Y qué cara ponía esa gente al vernos pasar delante de ellos. Claramente, se morían de envidia.

Curiosamente, luego hice cuentas y con la oferta del hotel más dos días de entradas con pase VIP, nos salió el precio casi igual que los que pagaron únicamente por una entrada normal sin pase VIP. ¿Qué ocurrió? Hice mis deberes y encontré esa oferta. El resto no se molestó y tuvo que hacer una hora y media de cola en cada atracción.

También, mientras estábamos a punto de subirnos a una atracción, escuché una conversación de dos trabajadores. Estaban echando pestes de un compañero porque no estaban contentos con su horario. Es decir, en vez de concentrarse en hacer bien su propio trabajo, estaban centrados en su propio egoísmo. Está claro, que esos dos trabajadores no iban a subir nada en el escalafón de su empresa porque se enfocaban en hacer lo menos posible y cobrar su bajo sueldo. Por supuesto, luego se quejarían de que la vida no les da oportunidades.

Y ahí está una de las claves de por qué las personas pobres se autosabotean a sí mismas. El universo nos da lo que pedimos, y si pedimos envidia y egoísmo, nos devuelve envidia y egoísmo. Si le pedimos incentivos y generosidad, nos devuelve incentivos y generosidad.

Cada cual recibe lo que se merece. Ni más ni menos.

Y no lo digo porque sí. Lo digo porque he hecho la prueba. Porque desde que decidi cambiar mi forma de pensar, el universo me está recompensando con tesoros, no sólo materiales. ¿Por qué? Porque he decidido pedirlos y aceptalos.

Nada en esta vida es cuestión de aptitud, todo en esta vida es cuestión de actitud.

Acabo con este excelente vídeo subtitulado de Jim Rohn, en el que nos muestra uno de los grandes secretos de esta vida…