Meterse con el PP$OE es muy fácil, pero, cuando explicas las cosas tal como son respecto a Podemos, te saltan a la yugular sus acólitos cegados por el brillo del halo de su líder supremo.
Un líder indiscutible con apellido de iglesia pero subvencionado por la televisión del gobierno teocrático iraní, y financiado desde la República Bolivariana, según mis fuentes directas venezolanas. Curiosa mezcla.
En fin, centrándonos en el cartel nos fijamos que han adoptado la estrategia del resto de partidos oficialistas: el rostro del candidato principal y un lema. Con esto nos demuestran que son lobos con piel de cordero. Aquéllo de que se decían los «representantes» del 15M cae por su propio peso.
El dibujo que acompaña hace referencia al arcoiris de la multiculturalidad. Porque estos son los que defienden la destrucción de la gramática, por ello he titulado «las bolivarianas«, el buenismo que huye de la realidad de este mundo, y una falsa igualdad centrada en el falaz victimismo de las mujeres.
Además, vemos los logos de los partidos colectivistas que están detrás, esos partidos empeñados en repartir la pobreza entre la población y la creación de una nueva élite feudal que substituya a la actual, pero sólo en apariencia pues su objetivo es que todo cambie para que nada cambie.
Es como salir de la sartén para caer en el fuego.
El lema «Catalunya. Sí que es pot. (Cataluña. Sí se puede.)» hace referencia directa al lema de los activistas contra los desahucios para rentabilizar políticamente el esfuerzo de mucha gente común. En realidad, es juego sucio para conseguir acercarse al poder oficialista lo máximo posible, incluso agarrarse y quedarse en él.
Sin embargo es una estrategia que funciona, y, como ya he mencionado al principio, les está consiguiendo fieles acólitos incapaces de preguntarse que hay debajo de la superficie. La historia se repite.