Como emigrar del país y conservar tu dinero

¿Quieres irte a vivir a otro país pero temes perder tus ahorros en el proceso?

Pues puedes seguir esta solución:

  1. Ábrete una cuenta en Karatbars, empresa alemana que distribuye oro físico en pequeños lingotes.

  2. Envía la documentación de tu domicilio actual y pasaporte, en el apartado de KYC.

  3. Pasa tu dinero a oro, pero no pidas el envío de los lingotes, marca la opción de que se mantengan gratuitamente en el almacén.

  4. Trasládate a tu nuevo país.

  5. Cambia la dirección en tu perfil, entra de nuevo en el apartado de KYC y envía la documentación de tu nuevo domicilio.

  6. Ahora tienes varias combinaciones:
       a) Pide que te envíen el oro.
       b) Traspasa el oro de nuevo a efectivo.
       c) Pide una parte del oro y mantén el resto en el almacén.
       d) Traspasa una parte a efectivo y mantén el resto en oro en el almacén.
       e) Mantén todo tu oro guardado en el almacén para tu futuro.

Tienes que hacer tus propios cálculos, y actuar según tu propia estrategia, pero esta es una muy buena manera de proteger tu dinero de las zarpas de los gobiernos y de los bancos.

Encantado de haberte podido ayudar.

¿Qué puede de haber de cierto en este mapa del éxodo de refugiados?

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No war = Sin guerra, Benefits = Beneficios

Ante el actual colapso de la Eurozona debido al cierre de las fronteras de los países del centro de Europa, uno se pregunta por qué los «refugiados» no se quedan en países cercanos y en cambio se arriesgan a cruzar tantos países, en un viaje lleno de peligros, hasta los países del norte, donde curiosamente garantizan sustanciosos beneficios a los inmigrantes.

Da que pensar, ¿verdad?

Imagen: «The Fake European Refugee Crisis» http://thewealthwatchman.com/the-fake-european-refugee-crisis/

Oh, pobres hijos míos

Su padre les ha vuelto a fallar y se han visto obligados a acudir al colegio… ¡Y encima, público!

Sus brillantes mentes infantiles vuelven a estar expuestas a esa barbaridad de lavado de cerebro estatal. Menos mal que en estos casi tres meses de «vacaciones» he podido desprogramarles del curso anterior, pero cada vez es más difícil.

El mayor ya se está cuestionando si voy a poder por fin sacarles de este nocivo sistema educativo, y el pequeño dice que lo único que le gusta es volver a ver a sus amigos. Por mi parte les insisto en que hagan como que hacen caso a lo que les dicen allí, como si fueran actores. Menos mal que el nivel es tan bajo en su escuela que no tienen problemas para sacar notas altas y quitarse de encima a sus profesores.

Pero es un fracaso mío todavía, y eso no puedo negarlo. No tengo más remedio que esforzarme mucho más, y atraer el suficiente dinero a mis manos para comprar nuestra libertad. Todo depende de mí, y sé perfectamente cómo funciona esta sociedad y lo que tengo que hacer.

Mientras lo consigo, que lo haré, seguiré dando todo mi apoyo a mis hijos para educarles de verdad. Rendirme no es una opción porque sus vidas dependen de ello.

Es mi propósito que éste sea ya el último año que esto ocurre.