Hoy me retiro a mis humildes aposentos porque la vivienda en la que habito no ha sido bombardeada.
Caminando por la calle, ningún coche ha hecho explosión de forma repentina.
Cuando he estado en el parque con mis hijos, ningún francotirador nos ha tenido en su punto de mira.
En la mesa hemos disfrutado de tres comidas que no hemos tenido que suplicar que nos las racionaran.
Y no he sido retenido porque mi piel, el idioma que hablo, la religión que no profeso o las ideas que mantengo no son las correctas.
Hoy puedo descansar tranquilamente porque ningún cóctel molotov ha sido lanzado hacia el interior de nuestra morada.
Mi día de hoy ha sido extraño para muchos con menos fortuna, quizás también lo ha sido el tuyo, pero…
¿Por por cuánto tiempo podremos continuar con tanta suerte?