Una cosa que tengo clarísimo es que no me quiero ser el ejemplo de nadie ni voy a dedicarme a decir a los demás lo que tienen que hacer.
Entiendo que tengo facilidad, y el conocimiento suficiente para moverme por la red y compartir lo que pienso.
No soy perfecto ni pretendo serlo, más al contrario, cualquiera puede encontrarme tantos errores como quiera encontrarme; es fácil saber de qué pie cojeo y descubrirlo no es un misterio.
No digo a los demás que hagan lo que yo no hago, así que sé las dificultades de todo lo que propongo. Y todo lo que propongo, por muy increíble que parezca, lo hago desde el realismo del mundo tal como lo veo.
Como todas las personas, no soy ni bueno ni malo, puedo gustar o no, pero sea lo que sea lo que a los demás les parezca, yo seguiré con mi vida, que de momento me hace poder respirar.
Y es por eso que a veces me hace gracia algunos comentarios, como los que me encuentro de vez en cuando, juzgando que una faceta de lo que hago es sorprendente respecto a otra faceta que me conocían.
Vaya, como si los seres humanos funcionáramos en blanco y negro.
Pues no, oh sorpresa, los seres humanos somos multipolares y tomamos nuestras decisiones, acertadas o no, respecto a las circunstancias que nos rodean.
Los materialistas se sorprenden que publique sobre alienígenas en mi blog de noticias, y los inmaterialistas se sorprenden de que tenga un negocio basado en el oro.
Los de izquierdas se sorprenden de que hable del libre mercado y los de derechas se sorprenden de que hable sobre los desahucios.
Pues sí, eso pasa porque intento no juzgar a priori, y aplico las soluciones que me parecen más adecuadas a cada problema tras haberlo analizado.
No sigo ningunos diez mandamientos de fe, no sigo ningún precepto político, social o económico con los ojos cerrados. Hago lo que me parece que está bien según el problema presentado en cada momento, y según lo mejor que sé y mi experiencia.
Eso es lo que pasa cuando no se tienen ataduras con el discurso del pensamiento único imperante. Eso es lo que pasa cuando se desobedece al determinisno represivo.
Y a quien no le guste, pues el mundo es muy grande para todos. Porque “sé feliz, y deja que los demás lo sean, aunque su felicidad no se parezca a lo que consideras que es la felicidad” es uno de mis lemas
Ser feliz lo más que podamos haciendo lo que mejor pensemos que podemos hacer.
A eso se llama L I B E R T A D.