Me he dado cuenta de que existe un pánico entre mucha gente: el pánico a tener que pensar por sí mismos.
Y dentro de ese pánico está el miedo a que los robots les substituyan sus vidas de robots.
Es por ello que esa gente prefiere vivir esclavizada en un trabajo de ocho horas bajo un jefe que esforzarse por su propia libertad.
Esto me lo encuentro muchas veces cuando explico a alguien qué es el mercadeo en red y me responden preguntando si es un esquema piramidal.
No, señores, el esquema piramidal es justo el sistema de trabajo en el que estáis, en el que vuestro jefe, la empresa para la que trabajáis os explota y os trata como basura.
Me hubiera gustado que mucha de esta gente hubiera estado este pasado sábado en Valencia para escuchar, como yo lo hice, al fundador de Karatbars, Harald Seiz, decir que para él “las personas están antes que el dinero.”
¿Te lo imaginas?
Un individuo que ya lo tenía todo ganado y que ante la opción de pasar el resto de su vida en Mallorca o fundar una empresa de “network marketing” para ayudar a otros a protegerse con oro, eligió lo segundo.
Tanta gente con los ojos cerrados y la mente cerrada… si no logramos que se abran a esta realidad seguirán sufriendo por el resto de sus vidas.
Y ésa es realmente la parte dura de este tipo de negocio: ayudar a los demás a romper sus propias barreras interiores.
Pero también es la parte más satisfactoria porque cada vez que se consigue uno se siente feliz de haber retirado una mente robot de la mátrix.
El resto está “chupao”, sólo es dejar fluir el diseño para aumentar nuestros ingresos, y por fin no tener que preocuparnos nunca más del dinero.
(Si quieres más información sobre esta oportunidad de Karatbars, rellena este formulario y te la enviaré con mucho gusto.)